“Ser campeón es una Maravilla”

22 09 2009

A sus 72 años, Delio Gamboa Rentería es recordado como uno de los jugadores más grandes del fútbol colombiano, y una leyenda en Millonarios. Hoy cuando sus años de gloria han quedado atrás, prepara a las ligas inferiores del equipo que le ha dado todo en su vida.

Muy temprano en la mañana, en el Club Deportivo Los Millonarios, la jornada ha comenzado. En medio de balones, pitos, jugadores y el frío capitalino que a los foráneos cala tan profundo, estaba aquella vieja gloria que durante los años 60’s, con cuatro títulos en el torneo local, le dio a la hinchada embajadora el anhelo que durante los últimos 20 años ha sido esquivo, y logró poner a soñar un país haciendo parte del primer seleccionado colombiano que clasificó a una Copa Mundo en 1962.

Sin embargo, Delio Maravilla Gamboa no parece sentirse una leyenda; camina impasible por la sede deportiva que durante años ha sido su hogar, lejos de las miradas de los numerosos hinchas que día a día van en busca de las estrellas del presente, y que tal vez ignoran la historia de su glorioso pasado.

Delio era más que un mago con el balón; sus turcos no eran predecibles como el conejo que sale del sombrero, o la carta en la baraja que estaba en la mente del espectador; su juego siempre fue sinónimo de sorpresa, emoción y Maravilla. Sin embargo, su singular sobrenombre es herencia de uno de sus hermanos mayores que como él, apasionado por el fútbol, todo le parecía una maravilla: «que si hacia un buen pase, ¡qué maravilla de pase!, que si hacia un buen gol, ¡qué maravilla de gol!».

Hoy, a sus 72 años, y con la vitalidad de un adolescente, entrena el semillero de futuras promesas de ese equipo al cual le ha consagrado su vida. Por momentos, su mirada se desvía y se llena de brillo al ver a lo lejos a los guerreros que hoy defienden esa camiseta azul que él vistió tiempo atrás. Lejos de las cámaras y del vitoreo de los hinchas, Maravilla sonríe recordando aquel pasado que lo hace grande.

EL PASADO DE UNA LEYENDA

Delio Gamboa Rentería nació en Buenaventura, Valle del Cauca, en 1936, y a sus 19 años, hizo su debut como profesional. Sin embargo, el fútbol no fue su primer gran amor. «Entre otras cosas yo primero jugué básquetbol que fútbol, la estatura me sirvió mucho para poder practicarlo, así que combinaba ambos deportes» . Fue el entrenador Húngaro Jorge Orth, quien un día al verlo jugar en su natal Buenaventura, se enamoró de su fútbol y lo integró a la selección del Valle del Cauca, con la que desde sus inicios dejó ver esa casta que lo vestiría de gloria años después, al conseguir un Campeonato Nacional.

Aquellos eran tiempos difíciles en los que asistir a los entrenamientos implicaba todo un sacrificio. «Eran unos viajes treméndamente duros por las condiciones de la carretera; a veces teníamos que quedarnos a dormir en medio del camino» . Pero a pesar de todo, su tenacidad y amor por el deporte hicieron que un día Atlético Nacional pusiera sus ojos en él, y le abriera las puertas a las ligas mayores del fútbol colombiano.

Delio es recordado como uno de los primeros jugadores colombianos con calidad de exportación; con tan solo dos años como profesional, Maravilla paso a hacer parte del equipo Oro de México por recomendación de Efraín El Caimán Sánchez. «Efraín fue uno de los hombres más importantes de mi carrera deportiva, pero cada vez que nos encontrábamos en la cacha, él en el Atlas y yo en el Oro, siempre arreglábamos permanentemente. Le hacía goles y todo».

Fue en 1961 cuando finalmente regresó a Colombia para hacer parte del equipo de sus amores ,y con el cual consiguió un tetracampeonato consecutivo en el torneo local entre 1961 y 1964; el Club Deportivo los Millonarios. Allí no sólo encontró grandes jugadores comprometidos con el equipo, además conoció a Marino Klinger, uno de sus más entrañables amigos dentro y fuera de la cancha. “Marino es un hombre 10, una persona inigualable y que convivió conmigo y con mi familia. Fue mi compañero toda la vida”

Delio no sólo es recordado por la hinchada millonaria como una de sus leyendas, el país entero fue testigo de sus hazañas cuando en 1962, y de la mano con la famosísima llave negra de la cual hacían parte también su entrañable camarada Klinger y Alberto Cóndor Valencia, clasificó por primera vez a Colombia a una Copa Mundo. «Esa es una alegría inigualable» asegura.

EL PRESENTE DE UNA GLORIA OLVIDADA

En la actualidad, Delio prepara a las ligas inferiores de Millonarios, esas nuevas generaciones en las cuales están cifradas las esperanzas de un nuevo título después de 20 años de sequía. A pesar de que el futuro parece incierto, Delio está convencido de que el fútbol colombiano ha avanzado a pasos agigantados: «el fútbol colombiano hoy compite a la par con el fútbol internacional».

Hoy, consagrado al semillero del onceno azul, Maravilla confiesa que soñó con dirigir al equipo de sus amores . «¿Quién no sueña con dirigir al equipo que le ha dado todo en su vida?, Millonarios es mi vida, me ha dado las mayores satisfacciones», asegura.

En estos tiempos en los que las críticas a jugadores y dirigentes rodean a la institución, Delio asegura que 20 años sin la vuelta olímpica tienen más que ver con lo competitivo de los equipos en Colombia, que con la falta de compromiso: «¿Qué jugador o directivo no sueña con ser campeón? El fútbol es un deporte que requiere compromiso, y aquí en Millonarios no hay uno solo que no sienta amor por esta camiseta».

Maravilla se muestra esperanzado en que pronto las nuevas generaciones podrán vivir la alegría de estar nuevamente en un mundial, una gesta que el consiguió en su pasado. «Tenemos un muy buen equipo y un muy buen técnico, Dios quiera esta vez sí sea.». Delio es y será siempre una figura, uno de esos emblemas que hoy tanta falta hace al fútbol en Colombia, hoy desde el anonimato, disfruta todavía de su gran pasión: el fútbol.


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